Según publicaron medios periodísticos, el Gobierno nacional tenía planificado lanzar billetes de 5000 pesos. Habían realizado el pedido a la Casa de la Moneda y preparado un cronograma de entregas a partir de junio. Pero la noticia se filtró y decidieron dar marcha atrás -según publica La Nación-, porque Cristina Fernández consideró que hacer billetes de mayor denominación dejaría en evidencia la inflación pasada y la futura.
Ante esa situación, el Banco Central y Casa de Moneda debieron tomar la decisión de importar billetes terminados, una alternativa más cara que producir en el país. Para eso, lanzaron una licitación pública internacional, que se abrió a inicios de julio, y sigue en curso.
El título del expediente es: “Servicio de impresión para billetes de 500 pesos”. Allí, se convoca a proveedores nacionales e internacionales que puedan venderle a Casa de Moneda 250 millones de papeles impresos y terminados con la imagen del yaguareté.
En la licitación, la Casa de Moneda aclaró que dará provisión del sustrato y las tintas, algo que acelera los tiempos de entrega.
Por otra parte, según publicó La Nación estaría cerrada una importación de billetes de 1000 pesos desde Brasil.